Entre cursos y capacitaciones, nos hicimos un tiempo para recorrer esta vibrante e intensa ciudad, una de las capitales más pujantes de la denominada Mexamérica.
Si bien existen tantos paseos como viajeros, nos animamos a sugerirles un recorrido que les acercará una muestra de lo mejor que Austin tiene para ofrecer.
El centro es un buen comienzo
El downtown concentra buena parte de la movida gastronómica y musical de la ciudad. Por la noche, la gente se reúne en bares y terrazas a disfrutar de increíbles tragos y de la original y variada propuesta musical.
El alojamiento céntrico nos permitió seguir una recomendación recibida antes de viajar y comenzamos el recorrido en la East 6th Street.
La primera de las paradas obligadas para los amantes de la buena música y de la improvisación nos acercó hasta Pete’s Dueling Piano Bar, donde –como su nombre lo indica- dos pianistas y varios vocalistas demuestran su virtuosismo a una audiencia que elige al “vencedor” del duelo.
En busca de un lugar más tranquilo donde cenar, tomamos la Red River Street y apenas unas calles hacia el sur, nos encontramos con el Van Zandt Hotel y la obra del artista Paul Villinski: una increíble instalación de pájaros realizados con recortes de vinilos que decoran las paredes del lobby.
Cruzamos el río Colorado, a través de Congress Avenue, rumbo al sur, con una deslumbrante vista del Lady Bird Lake, lugar que visitaríamos más adelante en la recorrida.
Congress Avenue South aloja la parte más bohemia y mágica de la ciudad. Mercados de pulgas, casas de antigüedades, pequeños pero encantadores bares y restaurantes y hoteles boutique con personalidad única.
Uncommon Objects es la tienda ideal para los amantes de las galerías de curiosidades. La infinidad de excéntricas piezas, cuidadosamente arregladas, le imprimen al lugar un irresistible aire onírico en el que perderse durante horas.
A unos pasos, nos detuvimos en el Hotel San José, un ex-motel de baja categoría, completamente renovado por su actual propietaria y convertido en una joya de la decoración y el paisajismo urbano.
En la misma línea, una visita al Hotel Saint Cecilia ofrece una experiencia encantadora a quienes aprecian los detalles decorativos y la buena ambientación.
Un alto para almorzar especialidades de mar, en Perla’s, bien vale el paseo hacia el sur de la ciudad y -de vuelta a la margen norte del Colorado- nos enamoramos de la propuesta “de la granja a la mesa” de Second Bar + Kitchen y de la frescura del menú fusión de Qui, a cargo del innovador chef filipino Paul Qui.
Termina nuestra visita a Austin y es hora de cumplir con la promesa de visitar el lago Lady Bird y perderse en sus senderos arbolados. En bici o trotando, podemos recorrer los caminos boscosos o las pasarelas sobre el río.