El Movimiento Slow es una tendencia cultural que estimula a “desacelerar” nuestra vida para que podamos disfrutar más intensamente de los diferentes momentos que ésta nos ofrece. Lo que se pretende es que nos replanteemos nuestros valores y prioricemos la vida afectiva y las actividades que nos resultan placenteras: dar un paseo o compartir una buena comida con otras personas… En definitiva, redefinir nuestro horizonte y orientarnos hacia un mayor disfrute de la vida.
El “Slow Movement” comenzó a finales de los ochenta, cuando el periodista Carlo Petrini promovió un movimiento de protesta contra la apertura de un local de McDonald´s en la Piazza di Spagna de Roma. Este hecho fue el inicio del denominado “Slow Food”, contrapuesta al “Fast Food”, de donde luego surgieron otras expresiones como “Slow Cities” o “Slow Travel”.
Slow Travel
El Slow Travel es una nueva manera de viajar, de entender el turismo. En contraste con los viajes organizados que ofrecen los paquetes turísticos, las visitas rápidas a monumentos o museos, prisas y lugares comunes, el Slow Travel propone la calma, el internarse en el destino viviéndolo sin apuro, tratando de conocerlo.
El Slow Travel es un concepto casi antropológico del turismo, en el que nosotros participamos del entorno. Se trata de viajar sin prisas y sin obligaciones: La Torre Eiffel no tiene por qué ser una parada obligada si estoy en París, y por el contrario, puedo pasar el día sentado en una terraza de los Campos Eliseos tomando un capuchino y viendo pasar a la gente. La idea es ir conociendo los destinos y recuperando uno de los fundamentos del turismo: el crecimiento personal.
Las nuevas tecnologías como Internet han contribuido mucho a la construcción de este movimiento, al permitir a uno mismo poder organizar su viaje. El turista se sumerge en el destino y disfruta de la cultura intangible del lugar. Ya no se trata de mirar, sino de ver, tocar, sentir. El visitante deja de ser un observador y pasa a ser un actor.
Fruto de esta corriente se ha creado un sello de calidad turística, CittaSlow, en el que se defiende la Ciudad Lenta y del que ya forman parte más de 60 ciudades de 6 países, con otras 60 esperando obtener el sello.
Decálogo del Slow Traveller:
- Elegir una zona limitada (no muy grande), de una región.
- Permanecer al menos una semana en el destino elegido.
- Optar por alojamientos pequeños, refugios, hoteles de pocas habitaciones, casas particulares o casas rurales, posadas, hostales.
- Frecuentar los mismos lugares para conocer y tener contacto con la gente del lugar, comprar en las mismas tiendas donde va la gente local.
- Evitar el automóvil cuando sea posible, fomentando el contacto con la gente que facilita el desplazamiento a pie.
- Llevar menos guías turísticas y más libros del destino para entregarse al placer de la lectura.
- Dejar la cámara de fotos y contemplar o dibujar los sitios en un cuaderno de viaje.
- Hacer picnic y evitar comer cada día en un restaurante.
- Pasear, andar en bici, aprender el idioma o apuntarse a clases de cocina, de pintura o de escultura.
- Dejarse llevar por el pensamiento de no hacer nada para desconectarse por completo de la rutina diaria.
Por supuesto siempre hay grados. Uno puede viajar con una filosofía de slow traveller y hospedarse en un hotel de 5 estrellas. No se trata de un castigo o de unas reglas fijas, se trata de cambiar el concepto de viaje, y dejar de ser turistas para pasar a ser viajeros.
Fuentes:
El Blog de Juan Sobejano, Wikipedia
Foto Principal: notsogoodphotography
2 comentarios
Puedes disfrutar de este decalogo del slow traveller en la sierra de Segura en CASA MARIA encontraras lo necesario para ello visita la web http://www.casaruralmariaenhornos.blogspot.com
Muy buenas recomendaciones.
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