Desde el año 2003 la oliviticultura en Uruguay se perfila como una apuesta prometedora para los inversores. Los factores fundamentales que impulsaron esta actividad fueron: la estabilidad política y económica, su excelente ubicación y –Uruguay se encuentra en la misma latitud que la cuenca mediterránea- los costos de la tierra y de producción relativamente bajos comparados con los valores internacionales.
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