En Punta del Diablo, entre el bosque y el océano, una familia construyó su refugio en una chacra marítima.
Las dunas de Punta del Diablo y sus alrededores son un lugar de disfrute poco imaginado. Dueños y visitantes son bienvenidos con una brisa marina que recuerda el Atlántico en este lugar tan acogedor.
Punta del Diablo
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Lo último son las Chacras Marítimas, lugar privilegiado para los que quieran tener su propiedad en una zona tranquila y combinar lo mejor del campo y el mar en una urbanización de alto valor. Este sitio singular permite disfrutar a la vez, de excelentes playas oceánicas y de la insuperable vida campestre. Se trata de grandes lotes denominados chacras, con superficies de aproximadamente 5.000 metros cuadrados cada uno, y que incluyen servicio de seguridad y vigilancia durante todo el año. Este conjunto de chacras, como los de la Laguna Negra, cuentan además con canchas de tenis, juegos para niños, caballerizas, paseos a caballo, etc.
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Punta del Diablo, el pequeño y pintoresco poblado de pescadores cumple 70 años desde el asentamiento de sus primeros pobladores y se consolida como el destino preferido por turistas locales y extranjeros.