La demanda mundial de alimentos seguirá incrementándose y es por eso que existen inversores que ya están mirando el potencial de Uruguay para impulsar sus modelos productivos y poder aprovechar las oportunidades.
En este contexto, y previendo la escasez de carne en el mercado internacional y la suba de los valores de dicho producto, un grupo de inversores argentinos manifestó interés en comprar tierras en Uruguay para armar un fondo de inversión, destinado a la ganadería bovina. Es que, un analista de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) previó en 2010 que, a futuro, la carne bovina costará más cara que el caviar. Y hoy, Uruguay es un fuerte productor y jugador en el mercado mundial de carnes; Produce calidad y tiene mejor acceso que Brasil -el gran productor mundial- y Argentina, a los mercados de más alto valor. Por otra parte, no existen restricciones a la exportación, ni detracciones y eso estimula a los inversores argentinos.
Pero el sector agrícola no es menos y, en forma paralela, se arma un proyecto con similares características pero con capitales provenientes de India y Sudáfrica, que apunta a la plantación de granos aprovechando la oferta de servicios y el alto potencial de los campos uruguayos. «Es un concepto de fondo muy diferente al que tenemos nosotros y son cosas muy nuevas en el mercado», dijo a El País Eduardo Caldeyro, uno de los directores de la empresa Caldeyro Victorica Bienes Raíces que mantiene contacto con ambos grupos inversores.
A pesar que los precios de la tierra siguen ascendiendo -en 2010 crecieron 13%- comenzaron a figurar en el mercado uruguayo, inversores de Brasil, principalmente paulistas de alto poder adquisitivo buscando invertir, cuando hace más de 15 años que no desembarcaban en Uruguay. «El mercado de tierras tiene muy buenas perspectivas, todo lo que está pasando en el mundo lleva a pensar que la gente se continuará refugiando en inversiones sólidas y seguirá disparando de los bonos», admitió Caldeyro.
El pasado año se concretaron 2.093 compraventas de tierras en todo el país, un 13,3% más que durante 2009, según un análisis técnico de la Dirección de Estadísticas Agropecuarias (DIEA) del Ministerio de Ganadería. 336.000 hectáreas fueron comercializadas por un monto total de US$ 885 millones, pagándose en promedio US$ 2.633 por hectárea (13% más que en 2009).
«El mercado de tierras está muy demandado y firme», aseveró Caldeyro a El País. La demanda está concentrada en campos netamente agrícolas y casi no hay ofertas de inmuebles en este segmento, pero algunos negocios se están haciendo. «La demanda es mayor a la oferta», aclaró. En ganadería pasa lo contrario; Se consiguen campos con mucha facilidad, pero los precios son elevados para la rentabilidad del negocio. «Son mucho más bajos que los de los campos agrícolas, pero por más que la carne y el ganado hayan subido, el negocio no banca estos precios», dijo Caldeyro.
En cuanto a campos forestales, si bien existe interés, son pocas las operaciones realizadas. En este segmento están apareciendo nuevos actores que apuntan a captar carbono y vender bonos. «En general no les importa la ubicación de los predios, porque el destino de los montes es captar carbono y no el corte. Es una forma de hacer una inversión en tierras», explicó. El mercado también se movió en el segmento de los campos arroceros, pero la oferta es chica y se agota rápido.
Noticia de El País Digital del 20 de Marzo de 2011.